Tras la muerte de Steve Jobs, cofundador de Apple y fundador de Pixar, son muchos los que se preguntan las maravillas de la tecnología que este gurú de Internet se habrá dejado en el tintero. Una de ellas es un hipotético "iCar", es decir, un coche revolucionario en el mundo de la conducción, igual que el iPod volvió patas arriba el mundo de la música, el iPhone el de la telefonía móvil o el iPad el de los ordenadores.
Ciertamente, hace tan solo unos años, el iCar era un proyecto muy apetecible, no solo para el responsable de Apple, sino también para distintas marcas de automoción, que podrían aprovechar así el tirón mediático de los últimos inventos de Apple en el mundo del ocio y el tiempo libre.
Primeros esbozos
De hecho, en 2008, la revista alemana "Capital" confirmó que un portavoz de Volkswagen había adelantado que el proyecto del iCar podría estar ya en marcha, fruto de las reuniones que había mantenido Steve Jobs con Martin Winterkorn, el presidente de Volkswagen. El objetivo del encuentro no era otro que "planificar una cooperación intensiva para la construcción de vehículos".
Mucho ha llovido desde entonces y nada parece indicar que el proyecto del iCar llegara, ni tan siquiera, a planearse seriamente en esas reuniones, y todos los indicios apuntan a que las conversaciones giraron en torno a las maneras de integrar el uso del iPod o el iPhone en los vehículos. Pero, ¿quién sabe? Quizás los ingenieros de Volkswagen se descuelguen con algún "concept car inédito" que profundice en un hipotético iCar ahora que vuelve a tener tirón mediático.
